¿Es nuestro libre albedrío solo una ilusión?

¿Existe realmente el libre albedrío? Esta pregunta no es tan simple como parece porque muchos factores más allá de nuestro control podrían influir en nuestro destino.
Por lo tanto, trataremos de descubrir a través de este informe si nuestra libertad de acción es muy real o ilusoria …

Para empezar, un estudio en psicología ha demostrado que, aunque creemos que somos conscientes de nuestras acciones, el inconsciente en muchos casos parece seguir el ejemplo de nuestra conciencia.
De hecho, un experimento que compara diferentes estrategias para atrapar un Frisbee ha demostrado que, independientemente de la estrategia utilizada por los participantes, siempre usaban el mismo patrón de movimientos, mientras que él pensaba que era diferente.
Esto se explica por el hecho de que nuestro cerebro necesita automatizar muchas tareas para poder tratar el mayor número.

Frente a esta observación, solo podemos preguntarnos cuántos mecanismos de este tipo son controlados por nuestro inconsciente.
Aunque no es posible responder esta pregunta con precisión, otros experimentos han demostrado la importancia del inconsciente.
Uno de ellos era hacer un electroencefalograma de un sujeto que tenía que decidir durante la presentación de una serie de cartas si iba a presionar el botón derecho o izquierdo. Aunque el sujeto pareció tomar la decisión 1 segundo antes de realizar la acción, las imágenes mostraron que la actividad cerebral anterior se produjo 10 segundos antes de la toma de decisiones «consciente». En otras palabras, el inconsciente ya había tomado la resolución antes de que el sujeto fuera consciente, lo que implica que las decisiones tomadas están predeterminadas por las que ya tomó nuestro cerebro.

Afortunadamente, otros investigadores no se detuvieron allí y encontraron otras formas explicativas para salir de esta visión «automatizada» de las cosas.
De hecho, incluso si nuestros automatismos guían algunas de nuestras elecciones, las partes superiores de nuestro cerebro podrían tomar decisiones en conciencia.
De esta libertad surge la responsabilidad individual, lo que implica que cada una de nuestras elecciones tiene repercusiones en las personas que nos rodean. De hecho, incluso si vivimos en un mundo de reglas, todavía tenemos la libertad de ignorarlas.

Aunque este último punto es aplicable al individuo aislado, parece ser diferente cuando estamos interesados ​​en comportamientos masivos. Y por una buena razón, según algunos investigadores, es posible modelar las acciones para poder predecirlas en el futuro. De hecho, mientras más personas se encuentran en un grupo y menos conciencia tiene su lugar en la toma de decisiones, el cerebro se pone en una especie de estado de «pilotaje automático».
Por lo tanto, en varios conflictos armados, ha sido posible predecir con gran precisión el tamaño probable de un ataque en un período específico de guerra.

Mientras que en los días de Newton pensábamos que el universo era algo totalmente predecible, el descubrimiento más reciente de la física cuántica nos mostró que estaba lejos del caso, ya que este mundo parece ser un desafío toda lógica Sin embargo, algunos investigadores han especulado que la falta de previsibilidad de este mundo se debe simplemente a la escala a la que lo observamos. Por lo tanto, si nos situamos en la escala de Planck, que es el nivel más pequeño observable, podríamos descubrir un mundo mucho más lógico que subyacería al de la física cuántica.
Del mismo modo, a partir de esta analogía, uno podría pensar que nuestras acciones siguen este mismo principio. Si bien a nuestro nivel creemos que somos conscientes de nuestras acciones, podría ser que un nivel «más básico» las dicte.

Pero no todos están de acuerdo con esta visión determinista de las cosas, y otros científicos creen que el libre albedrío está incrustado en la estructura fundamental del universo.
Por lo tanto, si el comienzo y el final de un evento se congelaran en el tiempo, los puntos entre los dos serían inciertos. A partir de esta observación y del hecho de que el pasado, el presente y el futuro existirían simultáneamente, los investigadores han llegado a imaginar el principio de causalidad retro, según el cual las elecciones futuras influirán en el pasado. En otras palabras, los elementos intermedios entre el punto de partida y el punto final de un evento no estarían totalmente predeterminados y es aquí donde el libre albedrío podría manifestarse.

Al final, como hemos visto, la noción de libre albedrío dista mucho de ser simple y probablemente tomará mucho tiempo antes de que podamos verlo más claramente. Sin embargo, incluso si no es posible decidir con certeza acerca de su realidad o no, la creencia en su existencia podría tener una gran importancia en nuestras «elecciones» morales, como verán en la conclusión de este informe.

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